El informe titulado "Cero neto para 2050: una hoja de ruta para el sector energético mundial" comienza con un análisis de los compromisos de los gobiernos, que aún cumpliéndose no sería suficiente para llegar a la neutralidad climática para 2050 y limitar de esa manera el aumento de la temperatura glogal a 1,5 ºC.
En esta hoja de ruta, con más de 400 hitos, guía el camino indicando lo que se debe hacer y cuando se debe hacer para alcanzar el cero neto neto para 2050.
Mantener el camino hacia las emisiones cero requiere el despliegue masivo de todas las tecnologías de energía limpia disponibles -como las renovables, los vehículos eléctricos y la rehabilitación de edificios energéticamente eficientes- de aquí a 2030.
En el caso de la energía solar, equivale a instalar el mayor parque solar del mundo en la actualidad aproximadamente cada día.
Impulsará significativamente el crecimiento económico mundial y logrará el acceso universal a la electricidad y a la cocina limpia en todo el mundo para el final de la década.
La mayor parte de las reducciones de las emisiones de CO2 hasta 2030 proceden de tecnologías que ya están en el mercado. Pero en 2050, casi la mitad de las reducciones proceden de tecnologías que actualmente están en fase de demostración o prototipo.
En esta década deben realizarse grandes esfuerzos de innovación para que estas nuevas tecnologías lleguen al mercado a tiempo.
El cero neto implica una enorme disminución del uso de carbón, petróleo y gas. Para ello es necesario tomar medidas como detener la venta de nuevos turismos con motor de combustión antes de 2035 y eliminar progresivamente todas las centrales eléctricas de carbón y petróleo antes de 2040.
Desempeñará un papel fundamental en todos los sectores, desde el transporte y los edificios hasta la industria. La generación de electricidad tendrá que alcanzar las emisiones netas cero en todo el mundo en 2040 y estar en camino de suministrar casi la mitad del consumo total de energía.
Esto requerirá un enorme aumento de la flexibilidad del sistema eléctrico -como las baterías, la respuesta a la demanda, los combustibles basados en el hidrógeno, la energía hidráulica y otros- para garantizar un suministro fiable.
Las nuevas tecnologías energéticas estarán muy extendidas. La gran mayoría de los coches que circulen por las carreteras funcionarán con electricidad o pilas de combustible, los aviones dependerán en gran medida de biocombustibles avanzados y combustibles sintéticos, y cientos de plantas industriales utilizarán la captura de carbono o el hidrógeno en todo el mundo.
El sector energético mundial en 2050 se basa en gran medida en las energías renovables, siendo la solar la mayor fuente de suministro. La consecución de este futuro más limpio y saludable dependerá de un enfoque singular e inquebrantable por parte de todos los gobiernos, en estrecha colaboración con las empresas, los inversores y los ciudadanos.
También requerirá una mayor cooperación internacional entre los países, sobre todo para garantizar que las economías en desarrollo dispongan de la financiación y las tecnologías que necesitan para alcanzar el nivel cero a tiempo.
Hoy en día existen muchas soluciones de eficiencia energética para los edificios, los vehículos, los electrodomésticos y la industria que pueden ampliarse rápidamente, creando muchos puestos de trabajo en el proceso.
Nuestro camino pone rápidamente en práctica todas ellas a gran escala para que el ritmo medio de mejora de la eficiencia energética en la década de 2020 triplique la media de las dos últimas décadas.
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